La Junta de Revisión de Choques de Flota del Departamento de Policía de Albuquerque determinó que el incidente del tiroteo que involucró al Jefe de Policía de APD Harold Medina, que condujo a un choque subsiguiente, fue considerado "no prevenible". Esta decisión fue objeto de escrutinio durante una reunión del ayuntamiento en la que los concejales plantearon preguntas sobre el proceso de revisión. La ciudad también invitó a la Policía Estatal de Nuevo México a revisar el incidente, pero la NMSP declinó llevar a cabo esta tarea. El incidente se desencadenó cuando el Jefe Medina, testigo de un altercado físico, se encontró en peligro inminente, lo que le llevó a acelerar su vehículo y colisionar con otro conducido por Todd Perchert. Durante la reunión se plantearon cuestiones sobre la posibilidad de evitar el accidente, y algunos concejales insistieron en la posibilidad de que la policía interviniera para evitar el incidente.
Shaun Willoughby, Presidente de la Asociación de Agentes de Policía de Albuquerque, defendió la actuación del Jefe Medina, destacando la rapidez en la toma de decisiones que se requiere en situaciones tan peligrosas. Willoughby argumentó que, dadas las circunstancias, la respuesta del jefe estaba justificada y reflejaba la naturaleza de fracción de segundo de los encuentros entre fuerzas del orden. El proceso de revisión y la transparencia de la difusión de la información también fueron objeto de escrutinio, y Willoughby expresó su frustración por la falta de confianza percibida en la capacidad del departamento para llevar a cabo una investigación interna, especialmente a la luz de los esfuerzos de supervisión y cumplimiento en curso. A medida que la historia sigue evolucionando, diversas partes interesadas piden responsabilidades y transparencia en la gestión de este complejo incidente.